1 de noviembre de 2012

Ven.

La inspiración de las noches augura en tus ojos, sí en tus ojos, en esos pequeños ojos que me dicen cada una de las respuestas a mis preguntas. Eres ese aliento en momentos de ahogo, eres ese impulso de vida, de aire, de felicidad. Nueve de la mañana, el cristal está empañado y no hay frases de Benedetti en la ventana. Café a las 9:06h quema y no lo siento de la misma manera. Salgo corriendo en dirección al mismo sitio de siempre, algo así como llamado rutina. Diez de la mañana sigo llegando tarde. Música aleatoria que no me dice nada, busco consuelo en miradas desorientadas. Aun así nada, no hay respuesta. 10:05h pasa el cercanías, subo corriendo, para que no me quiten esa esquina. Asiento solitario y me pregunto cuantas almas han cruzado este vagón  Libro en mano y leo sin saber que dicen las páginas de un libro obligado. Cierro libro, próxima parada "Tortura", bajo corriendo también, tiket caducado, más dinero gastado. Subo escaleras y una calle helada me abre las puertas, busco calle " te olvido pero te pienso" y sigo perdido en un mar intenso. Llego al lugar indicado o eso creo. Toco timbre y me abren con silencio. Subo por ascensor la edad no perdona. Llevo tiempo sin escuchar mi voz, nadie habla, deambulan pero no hablan. Entro cordialmente y allí te veo, como siempre tan resplandeciente. Y vuelvo a encontrarte al día siguiente en el mismo sitio de siempre a la misma hora, y aun así no sabes que mi corazón te perdona. Vuélveme más loco de lo que estoy y encontrarás en mi la bestia más grande de todas, pero ámame y me encontraras. Necesito que me encuentres. Hazlo. Ven.

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