17 de septiembre de 2011

Redbridge

Las comisuras de los labios las tenía desgarradas de todos los besos acumulados que me faltaban.
La sonrisas de terciopelo ya no me funcionaban y el tic-tac del reloj me aniquilaba de tal manera que deje de saber en que hora vivía; la huida de él a medianoche me dejó en un estado caótico.
Mis tobillos estaban helados hasta incluso al andar podía notar como se esquebrajaban los huesos del frío y a la vez del dolor; eso me pasa por salir a las cuatro de la mañana a buscarlo en plena tormenta y granizando.
Pero el frío me daba igual es más lo sentía dentro y eso me hacía estar tranquila en cierta manera. Quise pensar que estaba durmiendo y todo eso no era más que una pesadilla y que él no se había dado cuenta aún porque sino ya me hubiese despertado a besos para decirme que estaba tranquila y en casa.
Pero poco a poco mi nariz roja y mis piernas moradas me hicieron saber que no era ningún tipo de sueño ni de pesadilla sino que se había vuelto a marchar como otras veces y ya era hora de aprender a vivir sola.
Ni siquiera pude armarme de valor para llamarlo solo salí a buscar a alguien que no quería volver, en menos de tres horas me encontré en la estación de metro de Redbridge yo sola, muerta de frío a las cuatro de mañana con tan solo un abrigo y unas zapatillas mojadas.
Me senté y espere a que amaneciera, no se para qué la verdad pero me senté y espere como otras muchas veces.

2 comentarios:

ALBOROTADAS dijo...

Que chulo Ayeleen!! Cuando me conecte en el ordenador te sigo visitanos en vestidas y alborotas! Un besiiiin LL REBECA

Jéssica dijo...

que quieres que te diga? blog nuevo, muy bonito porcierto, pero esa forma de escribir, amí si que me mata jajaja
TEQUIEROOOO